Erase una vez, un grupo de papeletas amontonadas en un bolsillo. Se sentían cansadas, apretadas, y agobiadas por el desesperante calor de ese estrecho bolsillo que se movía para todos lados. Los peores momentos en las vidas de estas sufridas papeletas, eran las noches, cuando salían de ese bolsillo a ser guardadas en otro lugar.
Una de esas noches, cansadas de tanto batallar, las papeletas se reunieron a discutir su suerte. La de $2,000 tomó la palabra, por ser la mayor:
"Amigos, imagino que todos están de acuerdo en que está situación no puede continuar! Sufrimos, lloramos, pasamos penurias; y lo peor de todo es que no generamos nada a nuestro dueño! Tenemo que buscar la forma de ser rentables, y a la vez estar cómodos!"
Las demás papeletas gritaban emocionadas. Todas estaban de acuerdo en que necesitaban una mejor forma de vivir, y además hacer un bien ayudando a generar más papeletas. La de $2,000 continuó:
"Necesitamos la colaboración de todos para poder avanzar. Necesitamos de sus ideas para que la operación sea un éxito!"
La de $100, pequenita pero muy animada, se avalanzó diciendo: "yo sé qué hacer! Yo tengo la solución!" Las demás papeletas escucharon atentas. El plan les encantó y decidieron ponerlo a funcionar de inmediato!
Al otro día, todas unidas, empujaron todo lo que pudieron hacia ese lugar en donde sabían que podían ser felices. El pantalón y su dueno no entendían por qué el bolsillo hacía tanta fuerza hacia un solo lugar. Por fin llegaron a la puerta, y lo entendieron.
Ahí, frente a ellos estaba La Asociación Cibao de Ahorro Préstamo, que con su promoción La Casa del Ahorro aseguraba, no sólo un gran cuidado para las papeletas, también grandes premios para su dueno.
Las papeletas ahora viven felices, trabajando para multiplicarse.
Bienvenidos a La Casa del Ahorro. No se pierdan las aventuras de nuestras amigas, las papeletas, en éste su blog.
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